jueves, 4 de noviembre de 2010

A Manuelita Saenz

"Llegaste de improviso, como siempre. Sonriente, notoria, dulce. Llegaste para libertarme y yo, para conquistarte. Llegaste para recordarme que jamás debo dejar de cuestionar la vida. Para enseñarme a verla desde tus ojos. Para acompañarme a vivirla.

Hoy me descubro perdido en ti y así, encontrado en mi mismo. Hoy me amarro libremente a tu vida y que solo tu memoria ocupe mi alma.

Nuestro acuerdo esta sellado; yo sigo cambiando el mundo, tu me sigues cambiando la vida"

Tuyo de alma,


El Libertador

1 comentario:

DINOBAT dijo...

Cambios sutiles...