domingo, 23 de noviembre de 2008

Las mujeres compran promesas

Soundtrack: "Man! I feel like a woman!" Shania Twain


De esos hallazgos universales que a veces siento haber conseguido sólo yo. De esos miles de descubrimiento de "agua tibia" que tengo en mi día a día... ¡ayer tuve uno de los buenos!

Supongo que así se debe haber sentido Cristobal Colón cuando encontró América, y digo encontró porque resulta que más de mil indiecitos (aborígenes para ser políticamente correcta) tenían un rato largo de haber llegado primero. Por eso me imagino claramente la cara que deben haber puesto de "'¿Ajá y entonces? ¿Más o menos cual es la emoción del pana? "

Tranquilo C.C. te entiendo... I feel you, man!

En fin, ayer di con el por qué de mil males que acechan al género femenino en una sola frase: Las mujeres compran promesas

(Ojo que advertí que era el "agua tibia" pero para mí fue trascendental)

Ahora entiendo el por qué del consumismo femenino. Todo a nuestro alrededor gira sobre promesas vacuas que curan inseguridades.
Ej: ¡Te vas a ver más flaca!, ¡Te vas a ver más sexy!, ¡Te vas a sentir como nunca!
¡Te vas a ver más chic!, ¡Te vas a quitar 10 años de encima!

Y Zaaaaacata! Vas y gastas media quincena en una broma que no estás tan segura si en verdad la necesitabas, no tienes ni la más pálida idea de si va a funcionar o no, pero no importa! La tipa que te atiende te lo prometió, ¡es más! la actriz famosísima que salía en la propaganda con su cara perfecta y sin arrugas te lo prometió!

(Nota: ¿En qué momento Nicole Kidman pasó a tener más credibilidad que tu hermana del alma que está comprando contigo y te ve con cara de “friend, te ves como un transfor”?

Y este básico hallazago lo debe haber transmitido Adán a sus congéneres de generación en generación, ya que la dinámica de conquista y cortejo masculina se basa, desde el principio de los tiempos en promesas.
Ej: ¡Te juro que jamás me habia sentido así con alguien!¡Te bajo el cielo, la luna y las estrellas! ¡Te voy a querer siempre!¡Te voy a hacer feliz!

Y Zaaaaacata! Bueno… aquí el zácata puede llegar a ser un poco más literal.

En fin… señores! Las mujeres compramos promesas. ¡De todo tipo! Al mayor y al detal, a crédito y de contado, hipotecamos nuestra autoestima si es necesario, con tal de que algo o alguien llene temporalmente el vacío que queda cuando nos sentimos solas.

Es por eso que admiro tanto a las mujeres sencillas, inteligentes y vivas. Las que se apasionan por tener un algo o un alguien verdadero que las llene. Aquellas que compran menos promesas y venden más hechos. Las que hipotecan su vida por su familia. Las que dejan de creer en otros y empiezan a creer más en si mismas.

¡Esas son las mujeres que prometen!

1 comentario:

Unknown dijo...

Jajaja.
Qué buen post. Repito, qué buen post.